Desde hace unos años, se está observando que algunas islas en el Pacífico están desapareciendo por factores entre los que está la subida del nivel del mar. El cambio climático no es cosa del futuro, sino del presente y es más que una cuestión relacionada con el medio ambiente, es cuestión incluso de Derechos Humanos. Os cuento.
Antes de arrancar al 100%, os dejo un artículo en el que he basado la afirmación de antes, «Interactions between sea-level rise and wave exposure on reef island dynamics in the Solomon Islands» de Albert, S et al publicado en 2016, en el que se habla de que al menos, 11 de las islas Salomón habían desaparecido o estaban sufriendo una erosión severa en las últimas décadas.
¡Empiezo! La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue adoptada por la Asamblea General de la ONU el 10 de diciembre de 1948. En esta declaración, se indica que todos los humanos tenemos derecho a la vida, a la salud, vivienda… aspectos que en algunos casos se ponen en riesgo con el #cambioclimático.
El mar gana terreno
Ya que he mencionado antes el nivel del mar, empiezo por este tema. Antes de nada, partimos de la base de que el nivel del mar no es constante en toda la Tierra. Influyen factores como vientos, corrientes, mareas… ¡Muchísimas cosas! (Ya os contaré, que es muy interesante, pero de momento sigo con el efecto del cambio climático)
Pero sin duda el cambio climático pone un contexto que ayuda a que más zonas se sumerjan: contribuye a que haya más agua en el océano y a que se expanda por calor. No es cosa del futuro. Se estima que el nivel medio del mar ha subido más de 20 cm desde 1880.
¿Y sabéis que es lo peor? Que la inercia de este sistema es tan, TAN grande, que incluso si dejásemos de emitir gases de efecto invernadero hoy mismo, el nivel del mar seguiría subiendo ~50 cm más hasta final de siglo. Ese sería el mejor de los escenarios, ¿en el peor? Al loro: más de 2 metros (ya, es muy preocupante).
Que suba el nivel del mar no sólo implica que algunas islas “bajitas” desaparezcan o el agua avance unos metros más en la playa, pensad hasta dónde podrían llegar las olas con los temporales… cada vez más zonas tendrán riesgo de inundación ¡y el problema es que muchas personas viven en estas áreas! Aunque es un cálculo muy complicado y que se sigue refinando, se estima que la subida del nivel del mar puede poner en riesgo a unas 300 millones de personas en 30 años.
Tal vez imaginar la subida del nivel del mar sea la forma más visual que tenemos de ver el motivo por el que muchas personas estarán expuestas a peligros y tendrán que marcharse de sus casas… pero no es el único efecto del cambio climático que pone en riesgo a los humanos.
El calor: un riesgo para la salud.
El calentamiento global está trayendo olas de calor que están incrementando su intensidad, su frecuencia y duración y seguirán con esta tendencia durante los próximos años si no ponemos remedio. En el caso de África (que sabemos que está muy expuesta a temperaturas elevadísimas) se estima que el número de personas afectadas por el calor extremo se multiplicará por 20, e incluso por 52, en función del escenario.
Pero no hace falta irnos a África para hablar del peligro del calor… en España hay una mortalidad atribuible al calor de 1300 muertes/año. En el peor de los escenarios a finales de siglo, y sin adaptación, estaríamos hablando de unas 12800 (seguid en Twitter a @ensgismau para más información del tema).
La adaptación y sus dos caras
La adaptación a las altas temperaturas es fundamental para garantizar nuestros niveles de salud. ¿Estamos adaptándonos? Sí, nos vamos adaptando (en @ensgismau dicen “o te aclimatas o te aclimueres”) pero en los años que vienen necesitamos seguir haciéndolo con planes, medidas, edificaciones… además de una adaptación de nuestro cuerpo y, ojo, ¡que no somos los únicos que se adaptan a nuevas temperaturas! ¿Recordáis cuando hablamos de los hongos que podían llegar a afectarnos?
Claro, que si no podemos (o no queremos) adaptarnos, siempre nos quedará la opción de irnos del lugar donde estábamos viviendo y buscar otro donde también nos encontremos cómodos. Como antes, es algo que no sólo hacemos los humanos... algunas especies estén empezando a encontrarse a gusto en lugares donde antes no lo hacían y algunas pueden ser un peligro para los humanos si empiezan a transmitir enfermedades potencialmente peligrosas (algunos mosquitos, por ejemplo)
Y hay más, porque puede pasar que algunas especies vegetales dejen de crecer en lugares donde ahora sí lo hacen: cambios en las temperaturas, en las precipitaciones… Hablamos por ejemplo de zonas que cada vez son más áridas (y ya de por sí son vulnerables), de lugares expuestos a fenómenos adversos… ¿Qué pasa con la comida? ¿Qué pasará con aquellos lugares donde el cambio climático contribuya a que la tierra no de alimento? ¿Qué hará esa gente cuando lleven mucho tiempo con dificultades para conseguir agua potable, comida o cuando sus cosechas sean devastadas frecuentemente?
El cambio climático: un marco peligroso.
Podríamos continuar poniendo ejemplos de aspectos relacionados con el cambio climático que supongan un riesgo para el ser humano: incendios, derretimiento de permafrost que pone en riesgo a la gente que vive ahí… Mucha gente tendrá que migrar para buscar un lugar donde sobrevivir con garantías (los llamados refugiados climáticos).
En cualquier caso, casi todos los motivos para abandonar un lugar que nos puedan llegar a la cabeza, no van a ser debidas únicamente al cambio climático. Hay otros muchos factores que contribuyen a ello (se me ocurre por ejemplo la sobreexplotación de los terrenos, construcciones en lugares con riesgo de inundación…) pero el cambio climático supone un marco que intensifica algunos de esos problemas. Un marco que desestabiliza nuestro entorno tal como lo conocemos ahora.
Y con esto termino. Como veis, hablar de cambio climático no es sólo hablar del medio ambiente como algo ajeno al ser humano. Hablar de él supone hablar de cambios que afectan incluso a los derechos humanos: salud, agua, desarrollo… e, incluso, la vida.
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