El 21 de julio se celebra el Día Mundial del Perro. ¿Sabíais que los animales de compañía también tienen un impacto en el medio ambiente y que no es nada despreciable? Curiosísimo, ¡vamos a ello!
Todo lo que nos rodea, todo lo que hacemos, tiene un impacto en nuestro entorno. Antes meterme de lleno en el tema, quiero dejar bien claro que mi única intención es mostrar cómo puede ser la huella que dejan los animales de compañía. Mera información curiosa, nada más.
Pensemos, ¿cómo puede impactar un perro en el medio ambiente? Tenemos por ejemplo sus heces o el pis como impactos directos…pero son los indirectos los que más huella dejan en el medio: ¡su comida!
Empiezo por los excrementos que, en caso de no ser bien gestionados, pueden ser causa, por ejemplo de la eutrofización del agua . Pero si pensamos en impacto en el cambio climático, lo que se lleva la palma es la comida de nuestros animales.
¿Por qué la comida de las mascotas deja tanta huella?
Gran parte de la comida de las mascotas proviene de otros animales. El consumo de carne tiene mayor huella que el vegetal ya que implica otros muchos recursos: agua, los propios alimentos de los animales, usos de suelo…son varios los motivos que provocan que la producción masiva de carne tenga un alto impacto en el medio ambiente.
¿Cuánto impactan las mascota?
Por supuesto, dependerá de dónde estemos, cómo sea el animal de grande, de dónde venga la comida…pero tenemos varias estimaciones:
Por ejemplo, en Europa el impacto de un perro podría ser alrededor del 7% del CO2 equivalente de un ciudadano europeo medio (Yavor et al, 2020) y, en EEUU, la alimentación de perros y gatos podría ser responsable de la emisión de ~64 millones de toneladas de CO2 equivalente al año (Okin, 2017).
Nota: Esto del CO2 equivalente es una medida para calcular el impacto de los gases emitidos en una actividad, como si todo fuera debido a emisión de CO2. Es más o menos como cuando medimos áreas en «campos de fútbol», pero con este gas. Entonces, claro…más allá de CO2, se están emitiendo otros potentes gases de efecto invernadero como el metano o el óxido nitroso además de otros impactos ambientales (¡que no todo es cambio climático!).
¿Y cómo podemos reducir estos impactos?
Sobre todo, optimizando los procesos de obtención de la comida de nuestras mascotas y gestionando mejor los excrementos de nuestros animales.
Y voy terminando volviendo a señalar un par de cosas (que os conozco): ¿estoy diciendo que no tengáis perros y gatos por su impacto ambiental? No, ¡ni muchísimo menos! ¿Estoy diciendo que tenemos que hacer veganos a todos los animales? Por favor, ¡tampoco! Sólo pretendo mostraros que absolutamente todo tiene un impacto y que nuestros animales no están al margen de ello.
Y con esto termino este artículo no sin antes recordar: adopta y no abandones a nuestros amigos más fieles.
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