Encontramos plástico por todas partes: desde la atmósfera, pasando por los seres vivos y llegando a los océanos. Esto tiene muchas consecuencias, pero, ¿cómo os quedáis si os digo que una de ellas es que haya vida en alta mar que no debería estar ahí? Vais a alucinar, os cuento.
Antes de arrancar al 100%, como siempre, os dejo por aquí el texto en el que está basado este hilo, un comentario de la revista Nature: “Emergence of a neopelagic community through the establishment of coastal species on the high seas” de Haram et al.
Ahora sí, ¡vamos! Ya os he contado en otras ocasiones que en los océanos hay una serie de corrientes más superficiales, más profundas… hoy nos vamos a quedar con las primeras, que afectan a los primeros metros de profundidad y esquemáticamente tienen esta pinta:
Veamos de nuevo el mapa de antes. ¿veis que hay unas zonas donde las corrientes hacen giros cerrados? Esos giros están favoreciendo que se quede atrapada ahí la basura que estamos lanzando al mar y haya unas regiones donde se estén formado unas “islas de plástico”. A ver… no imaginéis unas islas consistentes, son zonas que están llenas de residuos, sobre todo plásticos y de pequeño tamaño. Pero ocupan grandes áreas del océano (al loro): se estima que la del Pacífico norte alberga unas 79.000 toneladas de plástico y ocupa ~1.600.000 km² (¡Más que Perú!)
El tema es que esos residuos vienen de algún lado, como las costas y puede ser que tuvieran algo de vida “enganchada” antes de emprender ese camino. Vamos, que algunos seres podían llegar a estas “islas”, u otras partes del mundo, por este motivo. De todas formas, la ocurrencia de este tipo de transportes no se consideraba relevante en el pasado. Las especies solían “viajar” en elementos biodegradables que se descomponían en la inmensidad del océano: éste era una barrera para la propagación de algunos seres.
Pero esa barrera que antes era el océano se está quedando obsoleta… el aumento de contaminación por plásticos está dando oportunidad a las especies costeras para trasladarse a otros lugares y, no sólo eso, ahora de poder vivir en alta mar en estas “islas de basura”.
Precisamente, en 2020 se recogieron 103 toneladas de basura de la “isla” del Pacífico norte (la mayor limpieza del océano hasta la fecha) y, al analizar algunas muestras… ¡sorpresa! Algunos organismos costeros no sólo habían sobrevivido, sino que incluso se estaban reproduciendo en alta mar. Es una comunidad nueva. Históricamente las comunidades invertebradas en alta mar estaban compuestas principalmente por lo que se conoce como “neuston oceánico”, unos organismos que están adaptados para reproducirse y prosperar en la superficie oceánica o cerca de ella. Pero ahora las especies que vivían en este entorno están empezando a tener que convivir con algunas que no estarían ahí de forma natural… ¡que están encontrando un hábitat gracias al plástico! De repente tienen un lugar donde vivir y están encontrando formas de prosperar.
Claro, esto supone un cambio de paradigma y se abren muchas incógnitas como cómo consiguen estas especies costeras encontrar la comida en alta mar, ¿llega hasta ahí de alguna forma? ¿comen lo que hay? O por ejemplo, ¿cómo altera su presencia todo el ecosistema? No se sabe cómo de extensa es esta nueva comunidad de seres invertebrados, ni cómo se relacionan con el entorno o qué riesgos supone tener estas especies no sólo en esta “islas de plástico” sino flotando kilómetros y kilómetros en nuestros océanos y llegando a otras costas
¡Y acabo! Con esto se abren muchas preguntas, pero hay una que, para mí, urge responder: ¿cuándo vamos a dejar de lanzar semejante cantidad de basura a nuestros océanos? Esperemos que sea muy pronto porque las consecuencias, como veis, pueden ser más graves de lo que aparentan ¡Gracias por leer y compartir! Quiero agradecer mucho, mucho, mucho a @cronicasdefauna su ayuda para construir este hilo.
¿Te ha gustado? Aquí te dejo más contenidos
La huella de carbono de la música clásica
¿Afecta la climatología a la composición?
24 de octubre, Día de la Lucha Contra el Cambio Climático