Cuando pensamos en cómo “solucionar” el cambio climático o minimizar sus impactos, muchas veces pensamos en la vegetación como un gran salvavidas. Pero, ¿y si los árboles no fueran una solución milagrosa contra este problema? Os cuento:

Antes de arrancar al 100%, como siempre, os dejo los artículos en los que está basado este texto

  1. The fate of carbon in a mature forest under carbon dioxide enrichment” Jiang, M. et al., 2020
  2. “Global maps of twenty-first century forest carbon fluxes” Harris, N.L. et al. 2021
  3. “Recent Amplified Global Gross Primary Productivity Due to Temperature Increase Is Offset by Reduced Productivity Due to Water Constraints” Madani, N. et al. 2021  

Ahora sí, ¡vamos! La vegetación absorbe CO2, pero ¿puede mitigar más los efectos del cambio climático? Si hay más CO2 en la atmósfera, puede aumentar la fotosíntesis y el crecimiento de las plantas. Además, la subida de temperaturas está haciendo más verdes zonas del norte del planeta. Es decir, tendríamos plantas que absorben más CO2 y que crecen más, incluso en zonas que ahora no están tan cubiertas por vegetación. ¡Anda! Sería una especie de “salvavidas climático”, ¿no? Pero, ¿es realmente tan maravilloso como puede parecer? Vayamos por partes:

¿Y si estamos confiando demasiado en los bosques maduros?

Primero veamos el efecto de que más CO2 ayudará a más fotosíntesis y a más crecimiento de las plantas. Efectivamente, se ha observado esa respuesta en bosques jóvenes, pero parece que los bosques más maduros no se comportan igual… Ese fue el resultado del primer estudio que he puesto al comienzo de este hilo, en el que se sometió a un bosque de eucaliptos en Australia a concentraciones de CO2 de ~550 ppm (los valores actuales en la atmósfera son de ~410 ppm)

¿Qué ocurrió? A pesar de que el bosque sí aumentó la cantidad de CO2 que absorbía, no se observó que los árboles crecieran más. Gran parte de ese “extra” no se quedaba secuestrado en el ecosistema, que es lo que necesitamos, sino que volvía a emitirse a la atmósfera por distintas vías. Claro, sobre papel todo puede ser muy bonito, pero la realidad tiene muchos factores que influyen en cómo la vegetación captura el CO2: luz, agua, enfermedades… o por ejemplo los nutrientes que hay en el suelo y que pueden estar más limitados en bosques maduros que en jóvenes.

Poniendo esperanzas en bosques jóvenes…

Así que esto último nos llevaría a mirar los bosques jóvenes y aquellas zonas donde está creciendo más vegetación, como el norte del planeta. Vamos entonces con el segundo artículo que os ponía al comienzo, que analizaba detalladamente cómo absorbían/emitían CO2 los bosques. ¿Qué observaron? Bueno, pues que no todo es tan bonito como parece… a pesar de que en zonas del norte del planeta se estaba absorbiendo más CO2, algunas del trópico se estaban volviendo emisoras (oh, vaya…)

Esto coincide con lo que observaron en el tercer estudio que os ponía antes. Algunas zonas del trópico podrían estar volviéndose fuentes de CO2 porque, por ejemplo, hay cambios en los patrones de lluvia que desestabilizan la demanda de agua con su disponibilidad. (Por no hablar de la deforestación…) Así que toca poner la vista en lo que ocurre en el norte del planeta, donde la subida de temperaturas está favoreciendo que se amplíe el periodo de crecimiento de la vegetación por aquí. Pero, de nuevo, podría no ser tan maravilloso como parece…

El hecho de que la vegetación crezca durante más tiempo, puede disminuir la cantidad de agua disponible, además de incrementar el riesgo de incendios en esta zona, por ejemplo. (Esta vez no me voy a meter en las emisiones del suelo al descongelarse el permafrost etc…). Además, recordad que los bosques jóvenes sí que crecían más con más CO2 pero, con la madurez, esa capacidad de “atrapar” este gas podía disminuir. Es decir, no podemos acelerar continuamente la captura de CO2 por esta vía ¡porque existen límites!

Plantar árboles y cuidar la vegetación es necesario… pero no suficiente.

Vamos, que todo es más complicado de lo que parece en un primer momento… Entran en juego muuuchas cosas y hay mucha incertidumbre. Plantar árboles es necesario y ayuda a capturar CO2, pero no es la solución milagrosa que nos salvará del #cambioclimático. Primero, como os he contado, porque tal vez se esté sobreestimando la capacidad de la vegetación para mitigar el cambio climático. Además, se tarda un tiempo en que esa captura sea efectiva y no podemos ponernos a plantar árboles como locos y alterar algunos ecosistemas… Esto entre otras razones entre la que se encuentra en hecho de que plantar árboles no soluciona el problema de raíz: las emisiones asociadas a las actividades humanas. ¿La vegetación y plantar árboles ayudará? Sí, pero con cabeza y reduciendo nuestras emisiones.

¡Y termino! Como veis, aún nos queda mucho por saber sobre las interacciones en el sistema climático. De lo que no hay duda es de que actualmente no existen soluciones milagrosas y necesitamos medidas urgentes para limitar el avance del cambio climático. ¡Gracias por leer y compartir!


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